Sulle strade del New England

Sabían a lo que se enfrentaban, se prepararon. Armados hasta los dientes con cocteles molotov, ametralladoras, granadas de mano y hachas se introdujeron en las entrañas del cementerio, un cubil oscuro y pútrido donde les esperaban el clan de los Ghouls. ¿Cómo fue posible que fracasaran entonces? La oscuridad quizás, el miedo sin duda, el desorden producto de la precipitación y las garras de la muerte. Michael Roberts fue brutalmente desgarrado y devorado por las horribles criaturas degeneradas y carentes de piedad. Confiemos en que la experiencia haga las veces de maestra y la próxima vez dejen a un lado las pistolas y usen el fuego, vivo y lacerante… o la cabeza, ja ja ja.